
Existen varios tipos de monitores de signos vitales, cada uno con usos específicos. Algunos de los más comunes incluyen:
Monitor de presión arterial: Mide la presión arterial sistólica y diastólica, esencial para el control de hipertensión y evaluación cardiovascular.
Oxímetro de pulso: Mide la saturación de oxígeno en la sangre (SpO2) y la frecuencia cardíaca. Es útil en la monitorización de pacientes con problemas respiratorios y cardíacos.
Electrocardiógrafo (ECG o EKG): Registra la actividad eléctrica del corazón, detectando arritmias y problemas cardíacos.
Termómetro: Mide la temperatura corporal, útil para diagnosticar infecciones y monitorizar la fiebre.
Capnógrafo: Mide la concentración de dióxido de carbono (CO2) exhalado, importante en la ventilación mecánica y anestesia.
Monitor fetal: Utilizado durante el embarazo para controlar la frecuencia cardíaca del feto y las contracciones uterinas.
Monitor de glucosa en sangre: Mide los niveles de glucosa en la sangre, fundamental para el control de la diabetes.
Monitor de flujo sanguíneo: Evalúa el flujo sanguíneo en diferentes áreas del cuerpo y puede ser crucial en cirugías y cuidados intensivos.
Estos dispositivos se utilizan en entornos médicos para evaluar y vigilar la salud de los pacientes, permitiendo una atención adecuada y oportuna. Cada uno se emplea en situaciones específicas según las necesidades del paciente y el contexto clínico.