Antes de la invención de las máquinas de anestesia modernas, la anestesia se administraba de manera bastante diferente y, en muchos casos, era menos segura y efectiva. Algunos métodos históricos incluían:
1. Éter y cloroformo: Estos agentes químicos se inhalaban para inducir la anestesia. Fueron utilizados en cirugías en el siglo XIX, pero tenían riesgos de incendio, efectos secundarios y dosificación imprecisa.
2. Hipnosis: Algunos médicos intentaban inducir un estado de trance hipnótico en el paciente para reducir el dolor y la conciencia durante la cirugía.
3. Bloqueos nerviosos: Se inyectaban agentes anestésicos directamente en nervios específicos para adormecer una región del cuerpo. Aunque efectivos, eran limitados en su alcance.
4. Alcohol y opio: En el pasado, se utilizaban bebidas alcohólicas y opiáceos para reducir el dolor y la conciencia durante procedimientos médicos, pero esto tenía riesgos de adicción y efectos secundarios.
La anestesia moderna, con máquinas de anestesia que permiten la administración precisa de gases anestésicos y otros medicamentos, ha mejorado significativamente la seguridad y la comodidad de la anestesia quirúrgica. Estos avances han transformado la cirugía y han hecho posible procedimientos más complejos y prolongados.